Dieta Asiatica que te hace perder peso

¿Has notado que las mujeres asiáticas prácticamente no tienen celulitis? Es muy difícil encontrar a una persona con sobrepeso en China. Esto se debe a que siguen una dieta variada y sobretodo saludable, libre de grasas saturadas y exceso de azúcar refinada. Además, tienden a consumir raciones más pequeñas de las que estamos acostumbrados en occidente.

El ingrediente principal como bien sabemos es el arroz, complementado con importantes cantidades de vegetales y frutas. Obviamente el arroz es sustituido en ocasiones por fideos, pan integral o maíz. De acuerdo a esta dieta, debes consumir cada día zanahorias, lechuga, espinaca, col, cebollas, ajo y acelgas, todos sazonados con vinagre y aceite. Las puedes consumir frescas o cocidas. Además, puedes incluir frutos secos, pescado, soya, queso fresco y yogurt.


Una vez a la semana puedes consumir pollo, huevos y algún alimento con azúcar. Solamente una vez al mes tienes permitido comer carnes rojas. Pero recuerda que tienes una lista muy larga de alimentos que puedes incluir en la dieta, así que no te cansarás de los sabores. Esta es la rutina que te recomendamos en este artículo:
Desayuno
– Mijo hervido con leche descremada. Puedes beber una taza de té verde con limón pero sin azúcar.

Merienda
– Fruta pica con yogurt bajo en calorías. Otra opción es naranja o toronja con té verde.

Almuerzo
– Arroz integral con vegetales al vapor y salsa de tomate. También puedes incluir una papa horneada y pollo sazonado con limón y vinagre el día que consumirás este tipo de proteína.

Merienda
– Una taza de manzanilla o de leche descremada. Si te cuesta calmar el hambre, come una naranja o toronja.

Cena
– Pollo picado en cubos, con brocoli y otros vegetales verdes. Cocina el pollo en un poco de aceite de oliva y sazona con especias al gusto.

6 PREGUNTAS RESUELTAS SOBRE EL VIRUS DEL PAPILOMA

La infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH) es una de las infecciones de trasmisión sexual más frecuentes que existen en hombres y mujeres. Según estudios a nivel mundial, más del 50% de personas que han tenido relaciones sexuales se han infectado con este virus.

Existen más de 100 tipos, de los cuales el 16 y 18 son considerados de alto riesgo, pues son causantes de más del 70% de los casos de cáncer de cuello uterino, primera causa de muerte por cáncer en la mujer peruana y además las cepas 6 y 11 que generan las verrugas genitales.

1. ¿Cuántos lo padecen?

La infección por el VPH la padecen más del 50% de hombres y mujeres que han iniciado su vida sexual. Sin embargo, en algunos de los casos la infección puede desaparecer y en otros, permanece ocasionando grandes problemas de salud.

2. ¿Quiénes son los más propensos a infectarse?

La población de riesgo predispuesta a adquirir el VPH son las mujeres y hombres que inician su actividad sexual a temprana edad, , los hombres y mujeres con múltiples parejas sexuales, el contacto sexual con una persona infectada, entre otros.

3. ¿Cuáles son los síntomas?

La infección por el VPH no manifiesta ningún síntoma en la mayoría de casos. Sin embargo, en algunas personas produce las verrugas genitales y en otras el cáncer de cuello uterino, cáncer de pene, cáncer de ano, entre otros tipos de cánceres.

4. ¿El contagio del VPH se lleva por toda la vida?

Sí, pese a que las personas infectadas con este virus puedan no tener ningún síntoma, el virus estará ahí. Actualmente no hay ningún tratamiento para combatir el virus, pero sí hay tratamiento para las enfermedades producidas por este.

5. ¿El preservativo me protege del VPH?

Si bien es cierto se recomienda el uso de preservativo durante el acto sexual para evitar la infección del virus, este método no es 100% efectivo, pues no cubre de forma completa la zona genital exponiendo así el contagio de la enfermedad, la cual es totalmente prevenible a través de la vacunación contra el Virus.

6. ¿Cómo evitar el contagio del VPH?

– Retrasar el inicio de la actividad sexual, mientras más se retrase se tendrá menos probabilidades de adquirir el virus.
– Tener una sola pareja sexual y practicar la monogamia mutua, es decir yo soy fiel contigo y tú eres fiel conmigo.
– Usar condón, pues al cubrir al pene evitará que contraigas el VPH si este se encuentra localizado en esta área. Sin embargo, si el VPH se encuentra en un lugar diferente al pene, el condón no te protegerá.
– Vacunarse contra el VPH. Este es el método más efectivo, seguro y eficaz para prevenir el contagio de VPH. Es recomendable su aplicación a través de 3 dosis en mujeres desde los 9 hasta los 45 años. Sin embargo, lo más recomendable es la vacunación antes que las niñas y niños inicien sus relaciones sexuales.

EL CORAZÓN DE UNA MAMÁ ESPECIAL.



Incontables veces me preguntaron qué se siente tener un hijo como Juan. Incontables veces me quede meditando una respuesta, y creo que debo haber dado miles distintas.
Es que lo que se siente, en general, o al menos en mi caso, varía según el día. Hay días en que el corazón se me estruja y siento que no hay más lugar para cosas tristes. Hay días en que siento el dolor latente pero no presente. Hay días en que me olvido de que tiene casi 4 años y aparenta menos de 2. Hay días en que lo veo como Juan, no como un chico con síndrome de Coffin-Lowry, sino como mi hijo, el mayor, el que me inauguró como madre y me dio las mayores alegrías.
¿Qué se siente? ¡Que pregunta! Podría decir que pasé meses sin sentir, forzando sentimientos y pensamientos positivos, negando la tristeza que de a poco me iba llenando el alma.
Mucha gente me dice que es una bendición tener un hijo así. Y no puedo dejar de enojarme cuando escucho esa frase, si bien me van a ver sonreír y asentir sin decir nada en la mayoría de los casos (algunos menos afortunados recibirán una respuesta mas enojada). ¿Por qué me ofende ese comentario? Porque si bien lo adoro con todo mi ser y disfruto de cada logro como si con cada uno se ganara un premio Nobel, veo y sufro con el cada obstáculo que se le presenta. Se que esto no es exclusivo de las mamás con hijos discapacitados, pero en casos como estos los obstáculos son más, y también más visibles. Visibles a nuestros ojos de madre y a los ojos del mundo. No hay como disimularlo. Esta expuesto.
Esto no significa que me de vergüenza, nada mas lejos. Significa que detrás de cada momento de festejo por un nuevo avance, hubieron meses y meses de trabajo duro. De llantos inconsolables porque "es todo por su bien", de miradas pidiendo auxilio que tuvimos que ignorar. Significa que sufrimos, o sufro, cada paso que da. Porque se que su vida va a consistir de una cadena interminable de sesiones de terapia y estudios médicos. De una lucha constante para poder alcanzar objetivos que a otros nos costaron muy poco por no decir nada.
No creo que sea una bendición, creo que la bendición llega después, en forma de una energía y optimismo que te llena el cuerpo entero y te ayuda a lograr cosas que creías imposibles. Si me hubieran dicho que iba a tener un hijo como Juan, hubiera respondido que se estaban confundiendo de mujer. Esa típica frase de "Dios le da las batallas más difíciles a los mejores soldados" me la repitieron millones de veces. Literal. Y muchas veces creo que Dios se confundió. Pero al final, tengo que confiar en que hay algo que vio que lo hizo creer que era lo correcto… no?
Qué se siente? Cuando lo veo con chicos de su edad, un puñal en el corazón. Es inevitable la comparación, los chicos empiezan a caminar, a hablar, dejan los pañales van al colegio, y mi bebé sigue siendo un bebé. Veo que va creciendo y que las diferencias se notan más. Los chicos de su edad crecen y me preguntan porqué Juan es como es y se me hace un nudo en la garganta aunque sonríe e intente explicarlo de la manera mas simple posible.
¿Que se siente? Que es algo duele y que va a doler toda la vida. Tengo miedo. De que se sepa distinto y lo sufra. De que lo rechacen. De que lo discriminen. De que no sea feliz. De que su vida sea simplemente un cúmulo de terapias y médicos.
Me parte el corazón que no vaya a tener las mismas oportunidades que su hermana (y Dios quiera futuros hermanos). No verlo desplegar sus alas y lograr sueños.
Me angustia pensar que nada se sabe a ciencia cierta con su síndrome y por ende no se cuánto tiempo lo vamos a tener ni que calidad de vida va a poder tener.
Me sincero conmigo misma y me digo que tengo que prepararme ante el escenario de que sea yo la que lo despida y lo acompañe hasta el último día de su vida y no al revés.
Ya se lo que me van a decir. Que me voy por las ramas. Que no tengo que perder el tiempo en esos pensamientos, que no tengo que comparar, que "no tengo que"…
Y yo les digo, que finalmente me di cuenta de que tengo que sentir lo que sea que sienta. Que tengo que tener mis momentos de debilidad y sufrir y llorar si es que lo necesito. Que tengo que poder contar con oídos dispuestos a escuchar todas estas cosas en silencio. Que lo que necesito yo y seguramente muchas otras madres en mi situación, no es una palabra de aliento, sino un abrazo y comprensión. Que me tengan paciencia, que me quieran aunque tenga momentos en que no soy una alegría de compañía. Que le tengan paciencia a mi hijo y lo quieran como es.
A mi hijo lo quiero como a nadie en el mundo. Es fuente inagotable de alegrías porque con el cada día es una sorpresa. Es un ser que regala sonrisas y miradas que derriten el alma. Da los mejores abrazos y tiene la risa más contagiosa de todas.
¿Que se siente? Un amor inmenso y un torbellino de emociones.
¿Si gustó la publicación? Incontables veces me preguntaron qué se siente tener un hijo como Juan. Incontables veces me quede meditando una respuesta, y creo que debo haber dado miles distintas.
Es que lo que se siente, en general, o al menos en mi caso, varía según el día. Hay días en que el corazón se me estruja y siento que no hay más lugar para cosas tristes. Hay días en que siento el dolor latente pero no presente. Hay días en que me olvido de que tiene casi 4 años y aparenta menos de 2. Hay días en que lo veo como Juan, no como un chico con síndrome de Coffin-Lowry, sino como mi hijo, el mayor, el que me inauguró como madre y me dio las mayores alegrías.
¿Qué se siente? ¡Que pregunta! Podría decir que pasé meses sin sentir, forzando sentimientos y pensamientos positivos, negando la tristeza que de a poco me iba llenando el alma.
Mucha gente me dice que es una bendición tener un hijo así. Y no puedo dejar de enojarme cuando escucho esa frase, si bien me van a ver sonreír y asentir sin decir nada en la mayoría de los casos (algunos menos afortunados recibirán una respuesta mas enojada). ¿Por qué me ofende ese comentario? Porque si bien lo adoro con todo mi ser y disfruto de cada logro como si con cada uno se ganara un premio Nobel, veo y sufro con el cada obstáculo que se le presenta. Se que esto no es exclusivo de las mamás con hijos discapacitados, pero en casos como estos los obstáculos son más, y también más visibles. Visibles a nuestros ojos de madre y a los ojos del mundo. No hay como disimularlo. Esta expuesto.
Esto no significa que me de vergüenza, nada mas lejos. Significa que detrás de cada momento de festejo por un nuevo avance, hubieron meses y meses de trabajo duro. De llantos inconsolables porque "es todo por su bien", de miradas pidiendo auxilio que tuvimos que ignorar. Significa que sufrimos, o sufro, cada paso que da. Porque se que su vida va a consistir de una cadena interminable de sesiones de terapia y estudios médicos. De una lucha constante para poder alcanzar objetivos que a otros nos costaron muy poco por no decir nada.
No creo que sea una bendición, creo que la bendición llega después, en forma de una energía y optimismo que te llena el cuerpo entero y te ayuda a lograr cosas que creías imposibles. Si me hubieran dicho que iba a tener un hijo como Juan, hubiera respondido que se estaban confundiendo de mujer. Esa típica frase de "Dios le da las batallas más difíciles a los mejores soldados" me la repitieron millones de veces. Literal. Y muchas veces creo que Dios se confundió. Pero al final, tengo que confiar en que hay algo que vio que lo hizo creer que era lo correcto… no?
Qué se siente? Cuando lo veo con chicos de su edad, un puñal en el corazón. Es inevitable la comparación, los chicos empiezan a caminar, a hablar, dejan los pañales van al colegio, y mi bebé sigue siendo un bebé. Veo que va creciendo y que las diferencias se notan más. Los chicos de su edad crecen y me preguntan porqué Juan es como es y se me hace un nudo en la garganta aunque sonríe e intente explicarlo de la manera mas simple posible.
¿Que se siente? Que es algo duele y que va a doler toda la vida. Tengo miedo. De que se sepa distinto y lo sufra. De que lo rechacen. De que lo discriminen. De que no sea feliz. De que su vida sea simplemente un cúmulo de terapias y médicos.
Me parte el corazón que no vaya a tener las mismas oportunidades que su hermana (y Dios quiera futuros hermanos). No verlo desplegar sus alas y lograr sueños.
Me angustia pensar que nada se sabe a ciencia cierta con su síndrome y por ende no se cuánto tiempo lo vamos a tener ni que calidad de vida va a poder tener.
Me sincero conmigo misma y me digo que tengo que prepararme ante el escenario de que sea yo la que lo despida y lo acompañe hasta el último día de su vida y no al revés.
Ya se lo que me van a decir. Que me voy por las ramas. Que no tengo que perder el tiempo en esos pensamientos, que no tengo que comparar, que "no tengo que"…
Y yo les digo, que finalmente me di cuenta de que tengo que sentir lo que sea que sienta. Que tengo que tener mis momentos de debilidad y sufrir y llorar si es que lo necesito. Que tengo que poder contar con oídos dispuestos a escuchar todas estas cosas en silencio. Que lo que necesito yo y seguramente muchas otras madres en mi situación, no es una palabra de aliento, sino un abrazo y comprensión. Que me tengan paciencia, que me quieran aunque tenga momentos en que no soy una alegría de compañía. Que le tengan paciencia a mi hijo y lo quieran como es.
A mi hijo lo quiero como a nadie en el mundo. Es fuente inagotable de alegrías porque con el cada día es una sorpresa. Es un ser que regala sonrisas y miradas que derriten el alma. Da los mejores abrazos y tiene la risa más contagiosa de todas.
¿Que se siente? Un amor inmenso y un torbellino de emociones.
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