El hígado graso o esteatosis hepática es bastante común; es una condición reversible y por lo general desaparece haciendo algunos pequeños cambios en su estilo de vida.
Aunque el hígado graso no es normal, generalmente no es grave, siempre y cuando no conduzca a la inflamación o algún otro daño. Cuando el hígado graso es causado por una enfermedad subyacente, como por ejemplo diabetes, puede llegar a ser perjudicial si la causa no es diagnosticada y tratada.
Qué es el hígado graso
El hígado graso, también conocido como esteatosis hepática, se presenta cuando la grasa representa más del 5% al 10% del peso del hígado. La mayoría de los casos se detectan en personas con diabetes o mayores de 50 años de edad. Muchas personas con hígado graso no desarrollan ninguna complicación.
Esta enfermedad se puede clasificar en dos tipos, el hígado graso que es causado por tomar alcohol en exceso y el que se conoce como hígado graso no alcohólico.
Hígado graso por alcohol
El hígado graso es la etapa más temprana de la enfermedad hepática relacionada con el alcohol. El hígado, dañado por el consumo excesivo de alcohol, es incapaz de descomponer las grasas y por lo tanto estas se acumulan. Las buenas noticias son que si el paciente deja el alcohol, la condición desaparece por sí sola después de mas o menos seis semanas de no consumir alcohol. Sin embargo, si la persona continúa con el uso excesivo de alcohol el hígado graso puede convertirse en cirrosis.
Hígado graso no alcohólico
Al igual que el consumo excesivo de alcohol, la enfermedad del hígado graso no alcohólico es una de las principales causas de la cirrosis. La cirrosis es una enfermedad en la que el tejido sano del hígado es sustituído por tejido cicatrizado lo cual, con el tiempo, impide que el hígado funcione correctamente.
Una causa común del hígado graso no alcohólico es la obesidad. Otras causas son la diabetes tipo 2, el colesterol alto, niveles altos de triglicéridos, el síndrome metabólico (síndrome X), algunos medicamentos y perder peso muy rápido.
Síntomas
Cuando la enfermedad del hígado graso no es severa generalmente no presenta síntomas. Si la enfermedad avanza puede producir fatiga, pérdida de peso o pérdida del apetito, debilidad, náusea, confusión y mala memoria y dificultad para concentrarse.
Remedios caseros para el hígado graso
Dejar el alcohol
Como lo mencioné anteriormente, si la causa del hígado graso es el consumo de alcohol, con dejarlo a tiempo es suficiente. Suena fácil pero requiere de gran fuerza de voluntad
Perder peso
Muchos problemas de salud se mejoran con perder peso, el hígado graso es uno de ellos. Pero no se debe perder peso demasiado rápido porque eso mas bien puede provocar esta enfermedad. En lugar, se debe perder peso gradualmente mediante una dieta saludable y 30 minutos de ejercicio diarios. La recomendación es perder medio kilo (approx. 1 libra) por semana, máximo 1 kilo.
Suplemento de cardo mariano
A pesar de que se necesitan más estudios científicos para comprobar los beneficios del cardo mariano para el hígado, muchos naturistas aseguran que esta planta medicinal mejora la función del hígado, aumenta la regeneración hepática y ayuda en la descomposición de la grasa que causa la enfermedad de hígado graso.
El cardo mariano (milk thistle) se puede conseguir en forma de suplemento en las tiendas naturistas y en algunas farmacias donde vendan suplementos naturales. Se toma de acuerdo a las instrucciones del frasco después de consultarlo con su médico.
Jengibre
Estudios preliminares demuestran que el jengibre podría ser bueno para el hígado graso. El jengibre contiene antioxidantes y también ayuda a bajar los triglicéridos.
Se puede hacer un té de jengibre triturando 2 cucharadas de raíz de jengibre, se echa en agua caliente, se deja reposar unos minutos y se toma. Otra opción es agregarle jengibre rallado a las ensaladas.
Toronja (Pomelo)
La toronja no solo sirve para la prediabetes sino que también es buena para el hígado graso. Se cree que la naringenina que contiene el pomelo puede activar los químicos responsables de la oxidación de ácidos grasos. También podría disminuir la grasa corporal y atenuar el síndrome metabólico, dos factores que a menudo contribuyen a la enfermedad de hígado graso.
Evitar alimentos procesados, bebidas gaseosas, bebidas deportivas, alimentos chatarra y repostería
Todas estas comidas contienen jarabe de maíz de alta fructosa y grasas trans, sustancias que son muy dañinas para la salud. En lugar de estas comidas, incluya en su dieta una variedad de frutas y vegetales y alimentos ricos en fibra y bajos en calorías y grasas saturadas.
Comer frutas y vegetales
Los vegetales crudos y las frutas son los alimentos más poderosos para curar el hígado. Estos alimentos ayudan a limpiarlo y repararlo, de manera que el hígado puede atrapar y eliminar más grasa y otras toxinas.