Alrededor de estos alimentos existen una cantidad de mitos sobre las razones por las que debemos o no comerlos, lo que nos hace preguntarnos constantemente a la hora de incluirlos en nuestra dieta, si es correcto o no, lo cierto es que no podemos prescindir de ellos, ya que sus propiedades son necesarias para mantenernos sanas.
La clave está en conocer o diferenciar los lácteos que podemos consumir diariamente y los que no. Existen muchos tipos de lácteos, leche, queso, crema y yogurt, los cuales contienen proteínas, minerales, hidratos de carbono y lípidos que nos aseguran una buena alimentación.
Por esta razón, debemos consumir lácteos que sean ricos en cultivos lácticos, es decir, que contengan probióticos, como el yogurt, que a su vez es bajo en grasa, lo que nos ayudará a reducir medidas fácilmente consumiendo una porción diaria.
Asimismo, al contener calcio y bajos niveles de lactosa, protege las bacterias benéficas que se encuentran en el sistema digestivo ayudándote con la digestión. Por otra parte, las proteínas de la leche y el yogurt te producen una sensación de saciedad por mayor tiempo, evitando que comas demasiado.
Recientemente, indica un estudio que el consumo de leche favorece el funcionamiento correcto del cerebro al ser adultos, ya que influye el sistema nervioso, aprendizaje, memoria y hasta en el estado de ánimo.
De igual manera, otros estudios han demostrado que las personas que consumen yogurt y leche presentan menor riesgo de obesidad. Si eres intolerante a la lactosa existen otras opciones de lácteos válidas para tu condición, como la leche vegetal, de la cual existen varios tipos, puedes escoger la que más te guste sin necesidad de eliminar la leche de tu dieta.
En cuanto a la relación de los lácteos con el riesgo de padecer cáncer, el Instituto Americano de Investigación en Cáncer indicó que no hay evidencia alguna de este supuesto.
Es necesario que consumas yogurt de forma regular para mantener el bienestar de tu cuerpo, debido a que los lácteos disminuyen la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, hipertensión y diabetes tipo 2.
Por todas estas razones, debes incorporar dos o tres raciones de lácteos a tu alimentación, de esta manera fortaleces el sistema inmunológico y corazón, recuerda que una alimentación balanceada tanto en cantidad como calidad, así como realizar alguna actividad física también te ayudará a estar saludable.
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