A continuación encontrarás una guía S.O.S. para resucitar las uñas que han sido sometidas al daño extremo tras el uso contante, inapropiado, o bajo el cuidado inexperto de acrílicos.
Cortar por lo sano
Córtate las uñas a ras de los dedos al retirar el acrílico. Esto hará que tus uñas no se rompan, pues probablemente en este punto las tengas endebles y propensas a quebrarse y escamarse. Además, puedes tomar vitaminas y calcio para que las uñas crezcan fuertes e hidratadas.
Aceite de cutícula
El aceite de cutícula es ahora tu mejor amigo. Déjalo en tu escritorio o puesto de trabajo, mételo en tu bolso, haz lo que tengas que hacer para asegurarte de aplicarlo dos veces al día. Y no olvides la regla de oro: ¡No limpies, ni laves sin guantes! Los productos químicos y el agua pueden hacer que las uñas se vuelvan débiles y flexibles; los guantes ayudarán a protegerlas.
Además si eres de las que sufre por pasar un solo día sin esmalte, el aceite de cutícula hará que tus uñas parezcan recién salidas de un manicure.
El endurecedor es un must
Que te tengas que alejar de los acrílicos no quiere decir que tengas que descuidar tus uñas. Ahora que llevas las uñas “al natural”, las manicuras regulares son fundamentales. Solo asegúrate de usar un esmalte endurecedor cada dos o tres días durante cuatro semanas, y verás como poco a poco tus uñas te lo agradecerán.Gel > Acrílico
Una vez recuperes tus uñas tal vez prefieras optar por los esmaltes de gel, los cuales también son duraderos, son igual de brillantes y no se astillan tanto como los esmaltes tradicionales. Claro, también es fácil engancharse a eso, y aún más fácil es eliminarlo de forma incorrecta, volviendo, a dañar tus uñas y teniendo que volver a comenzar de cero.
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